martes, 27 de mayo de 2014

Trabajando con amor y honestidad...

No todo está perdido en este país, "todavía queda algo, un sarro bueno, en el vaso frutal de la esperanza."

Es cierto que a muchos educadores se les debe el dinero y que este nuevo gobierno no ha podido solucionar en 3 semanas lo que el otro no pudo en 8 años, es cierto. Es cierto que hay mucha gente en problemas económicos por esta situación y por otras que ellos mismos se han buscado, es cierto. Es verdad que "hay vida después de la muerte", al menos en Costa Rica, dónde se operan muertos y se les paga salario a muertos, eso es verdad. También es verdad que en muchas oficinas, públicas y privadas, cientos y miles de funcionarios, de trabajadores, de colaboradores para ir con la corriente de tratar bien a la gente (aunque a veces no se lo merece), en muchas oficinas y sitios de trabajo de empresas públicas y privadas, los "colaboradores" (que a veces no hacen ni lo que les toca), pasan enviando correos electrónicos, subiendo a su "facebook" cosas personales, pintándose las uñas, tomando 30 minutos de café en lugar de 15, llegando tarde a su trabajo y saliendo antes, todo es es totalmente cierto en este país hermoso en el que nos tocó vivir. 

Pero como dijera el poeta turrialbeño: "todavía queda algo, un sarro bueno", todavía hay personas que cumplen a cabalidad con sus labores de trabajo y van un poco más allá; y eso hace que la espera valga la pena.  

Yo: ¡Buenos días señorita! ¿Cómo está? 
Ella: Bien y usted señor. ¿En qué puedo servirle?
Yo: Si, mire busco unas pastillas de esas que sale anunciando Gabriela Traña, la atleta. Esas que son para los dolores de rodillas. 
Ella: ¿Naif? 
Yo: Si, esas, esas creo yo, o algo así, algo parecido. Son para mi mamá. 
Ella: ¿Su mamá padece del corazón? 
Yo: (Primero me quedé como atontado con la pregunta, para qué me pregunta eso, me dije a mi mismo.). Si señorita, le dije, en diciembre le dio un infarto. 
Ella: Ahhhh, entonces no se las puedo vender. El cardiólogo de ella tiene que autorizar el consumo. 
Yo: Ahhhhh, ve que me iba a imaginar yo eso. 
Ella: Huy, si, hay muchas cosas que la gente con problemas cardíacos no puede o no debe tomar, incluso naturales, por ejemplo la linaza, porque tiene vitamina k que es un coagulante que obstruye el trabajo de los anticoagulantes que les recetan. 
Yo: Muchas gracias y la felicito, porque muchas otras personas por venderme el producto no me indican lo que usted me indicó. 

EL VASO DE ESPERANZA
Uno piensa que nada le ha quedado
en el vaso frutal de la esperanza.

Que todo es un océano de fracaso
y que el amor no flota sobre el agua.

Y es que el oído escucha tanta sombra,
la boca traga tanta carne amarga,
los ojos adivinan tanta muerte
en cada soledad, las manos palpan
tanto amor con espinas, el olfato
huele mucho rencor entre las sábanas...

Sin embargo la vida no está muerta
la piel del corazón aún tiene savia,
los pozos del amor aún echan gotas
de algo como sangre o como agua...

Sólo falta golpear los tajamares,
romper con la piqueta las montañas,
llamar a los ancianos, los muchachos,
los niños, las mujeres, las muchachas,
y decirles que no obstante la muerte,
a pesar del rencor y la desgracia,
todavía queda algo, un sarro bueno
en el vaso frutal de la esperanza.

Gracias Dios, por dejarnos aunque sea un poco de sarro en este nuestro hermoso país. 

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