sábado, 18 de julio de 2015

¿De dónde vienen los diamantes?

¿Te has fijado en lo hermosos que son los diamantes? ¿En su brillo translúcido, en su atractivo encanto? ¿Alguna vez te has preguntado de dónde vienen los diamantes?

Quizá has escuchado que los diamantes se crean a partir del carbón. Sí, exacto, del carbón en cuevas a cierta profundidad donde la temperatura y la presión son óptimas para la creación de la gema más preciosa que conocemos.

Hace muchos años, cuando era entrenador de voleibol y por alguna razón tenía que regañar a mis jugadores o jugadoras y me preguntaban por qué razón o razones yo era tan regañón. Yo les contaba la historia de los diamantes y les decía que ellos eran diamantes en bruto. (Chiste: Algunos muy en bruto y costaba un poco más convertirlos en piedras preciosas para ser lucidas).

Les decía: ¿Quieren saber por qué los presiono y los presiono y los vuelvo a presionar, por qué los someto a entrenamientos fuertes que parecían interminables, por qué les inculco una disciplina estricta, por qué intento que sus vidas personales sean tan buenas como sus cualidades deportivas? Obviamente su respuesta era: "Sí, si queremos saber".

Entonces venía la historia:

¿Han visto ustedes algún diamante, lo han visto como parte de una pieza de joyería, un anillo, un dije, unos aretes, qué se yo?  ¿Cómo creen ustedes que ese diamante llegó a ser parte de esa pieza? ¿Ustedes creen que el minero se para en la entrada de la mina y empieza a decir en voz baja: Diamantito salga, diamantito salga? No, no, así no salen los diamantes, hay que volarles pico y macana, hay que volar pala y maquinaria pesada especializada, hay que excavar, excavar y excavar, hay que usar varios métodos fuertes y cuidadosos para lograr que la piedra, el diamante en bruto salga y así es como sale.

¿Esta listo este diamante después de ese proceso inicial? Para nada, a partir de ese momento hay que limpiarlo, cortarlo, limarlo y pulirlo y ¿Adivinen qué? Eso tampoco es con la suavidad del algodón, limpiar, cortar, limar y pulir se hacen con un grado de fuerza.

¿Cuándo tenemos el diamante pulido está listo para venderlo? En algunos casos sí, pero en otros está apenas a mitad del camino. En muchos casos hay que buscar un buen joyero, que le haga una buena montura, luego ponerlo en una buena joyería y en un buen estuche para que luzca más hermoso.

En otras palabras, el proceso para lograr el brillo, el valor, la belleza y todo lo que significa un diamante, cuesta y cuesta mucho. Es un proceso duro y que toma tiempo, toma tiempo y esfuerzo del diamante y de muchas de las personas que están alrededor de él.

¿Querés ser un diamante? Entonces entendé que tenés que pasar por el proceso. Te tienen que sacar de la mina a puro pico y macana, te van a limpiar, cortar, limar y pulir y luego de todo esto, van o tenés que buscarte la mejor joya para asentarte ahí, buscar el mejor ambiente para ser vendido.

En la vida tenés que trabajar en vos mismo si querés cotizarte en un precio alto.  


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