¡Oh Dios mío! https://www.youtube.com/watch?v=2hb1D9COyek
¿Cuántas personas irán por ahí cargando procesión por dentro? ¿Cuántas personas cada día tienen que echar mano del "valor que no se ve"? ¿Cuántas caras felices vemos sin saber lo que se está gestando en sus corazones, sus pensamientos y sus vidas?
¿Cuántas veces criticamos a los demás porque suponemos lo que les está pasando? ¿Cuántas veces he dicho: "Ahí va esa enagua eterna", sin en realidad saber, ni entender el o los por qués ella anda así, para arriba y para abajo midiendo calles?
¿Cuántas veces la gente habrá dicho o quizá pensado: "Ahí va Marco, ese lo tiene todo en la vida arreglado"; sin saber si estoy llevando procesión por dentro?
De verdad que para criticar a los demás hay que ponerse en los zapatos de ellos, hay que buscar profundo en sus miradas, en sus palabras e incluso en sus almas para poder descubrir si están echando mano de "ese valor que no se ve".
Qué fácilmente le decimos a los demás: "Para solucionar tu situación vos deberías hacer esto y hacer lo otro y dejar de hacer acá y hacer más por allá". ¿Cuántas veces pensamos en alguien y decimos: "Yo con lo que él/ella tiene, uff, qué no haría? ¿Si yo tuviera lo que él/ella tiene, yo estaría podrido en plata?
Deberíamos hacer el intento de concentrarnos en ver ese "valor que no se ve"; primero en nosotros mismos (para descubrirlo, para conocerlo, para entenderlo) y después en los demás; para poder ser más compasivos.
En otras ocasiones, pasamos por alto ese valor que no se ve y creemos que estamos agarrando de tontos a las otras personas, y quizá, tan solo quizá, esas personas se han dado cuenta rato antes que estamos tratando de tomarles el pelo y solamente por ese valor que no logramos ver en ellos, es que no nos dan nuestro merecido.
¡En serio, pensalo! Antes de juzgar a otros por su apariencia, por lo que supuestamente es o tiene, indaguemos, si sí o si no, esa persona, ese ser humano, se levanta cada mañana y se pone miles de máscaras para que no sepamos que lleva procesión por dentro. Máscaras de éxito, de felicidad, de amor, de tranquilidad, de bienestar, tantas y tantas máscaras que podemos ponernos encima.
Quizá si empezamos a tratar de ver ese "valor que no se ve" en otras personas, los maravillosos espejos de la vida y el karma, nos permitan ver en nosotros mismos y en nuestros semejantes ese valor que pasa desapercibido.
En otras palabras, cuando me mirés, no te fijés en si sonrío o no, en si ando bien peinado, bien vestido, oloroso a perfume caro o pachulí, no te fijés si ando a pie, en bici o en carro. Fijate y pensá que yo también, al igual que vos, tengo mi propia historia, mi propio drama y que cada día lucho con entereza por que nazca en mí ese "valor que no se ve".
En serio, si leíste esto quiero que sepás que te quiero montones...
jueves, 28 de enero de 2016
Fuerza de Voluntad...
En mi humilde opinión (que en realidad no es tan humilde), este sentimiento (si es que es un sentimiento) es el que pone en movimiento al mundo.
Podemos tener muchos deseos de hacer algo, de tener algo o de lograr algo; pero sin la fuerza de voluntad no lo logramos.
La fuerza de voluntad es la que nos empuja a sacudirnos las cobijas de encima cada mañana, bañarnos e ir a trabajar aún sabiendo que el día quizá no vaya a ser provechoso y mucho menos placentero.
¿Cómo podemos trabajar nuestra fuerza de voluntad?
Yo voy a iniciar poniéndome dos letreros que digan en letras grandes: VOLUNTAD. Uno de ellos estará frente a mi cama y el otro en la pizarra que está en frente de mi escritorio y donde apunto las cosas que no debería olvidar.
En mi caso, la fuerza de voluntad incluye hacer cosas que generalmente no me gusta hacer. Dar órdenes, hablar directo, ser estricto, estar recordándole acciones a la gente que se supone debe de hacer, etcétera, son algunas de estas cosas; pero en los últimos meses he aprendido que tengo que agarrar al torito por los cuernos (a veces) y parar la situación de inmediato y a mí en esos casos me flaquea la fuerza de voluntad.
La fuerza de voluntad se necesita para muchas cosas, estudiar, trabajar, verse mejor, hacer dieta, hacer ejercicios, tener vida social, no usar drogas, escoger mejor tus amistades, etcétera, etcétera, etcétera.
En mi condición de creyente, cada noche le pido a Dios que me ayude fortaleciendo mi fuerza de voluntad.
Les mando montones de buenas vibras cargadas de positivismo y fuerza de voluntad.
Saludos,
Marco,
Podemos tener muchos deseos de hacer algo, de tener algo o de lograr algo; pero sin la fuerza de voluntad no lo logramos.
La fuerza de voluntad es la que nos empuja a sacudirnos las cobijas de encima cada mañana, bañarnos e ir a trabajar aún sabiendo que el día quizá no vaya a ser provechoso y mucho menos placentero.
¿Cómo podemos trabajar nuestra fuerza de voluntad?
Yo voy a iniciar poniéndome dos letreros que digan en letras grandes: VOLUNTAD. Uno de ellos estará frente a mi cama y el otro en la pizarra que está en frente de mi escritorio y donde apunto las cosas que no debería olvidar.
En mi caso, la fuerza de voluntad incluye hacer cosas que generalmente no me gusta hacer. Dar órdenes, hablar directo, ser estricto, estar recordándole acciones a la gente que se supone debe de hacer, etcétera, son algunas de estas cosas; pero en los últimos meses he aprendido que tengo que agarrar al torito por los cuernos (a veces) y parar la situación de inmediato y a mí en esos casos me flaquea la fuerza de voluntad.
La fuerza de voluntad se necesita para muchas cosas, estudiar, trabajar, verse mejor, hacer dieta, hacer ejercicios, tener vida social, no usar drogas, escoger mejor tus amistades, etcétera, etcétera, etcétera.
En mi condición de creyente, cada noche le pido a Dios que me ayude fortaleciendo mi fuerza de voluntad.
Les mando montones de buenas vibras cargadas de positivismo y fuerza de voluntad.
Saludos,
Marco,
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)