jueves, 28 de enero de 2016

El valor que no se ve: Lo siento Laurita Pausini, te robo el título y la canción.

¡Oh Dios mío!  https://www.youtube.com/watch?v=2hb1D9COyek

¿Cuántas personas irán por ahí cargando procesión por dentro? ¿Cuántas personas cada día tienen que echar mano del "valor que no se ve"? ¿Cuántas caras felices vemos sin saber lo que se está gestando en sus corazones, sus pensamientos y sus vidas?

¿Cuántas veces criticamos a los demás porque suponemos lo que les está pasando? ¿Cuántas veces he dicho: "Ahí va esa enagua eterna", sin en realidad saber, ni entender el o los por qués ella anda así, para arriba y para abajo midiendo calles?

¿Cuántas veces la gente habrá dicho o quizá pensado: "Ahí va Marco, ese lo tiene todo en la vida arreglado"; sin saber si estoy llevando procesión por dentro?

De verdad que para criticar a los demás hay que ponerse en los zapatos de ellos, hay que buscar profundo en sus miradas, en sus palabras e incluso en sus almas para poder descubrir si están echando mano de "ese valor que no se ve".

Qué fácilmente le decimos a los demás: "Para solucionar tu situación vos deberías hacer esto y hacer lo otro y dejar de hacer acá y hacer más por allá". ¿Cuántas veces pensamos en alguien y decimos: "Yo con lo que él/ella tiene, uff, qué no haría? ¿Si yo tuviera lo que él/ella tiene, yo estaría podrido en plata?

Deberíamos hacer el intento de concentrarnos en ver ese "valor que no se ve"; primero en nosotros mismos (para descubrirlo, para conocerlo, para entenderlo) y después en los demás; para poder ser más compasivos.

En otras ocasiones, pasamos por alto ese valor que no se ve y creemos que estamos agarrando de tontos a las otras personas, y quizá, tan solo quizá, esas personas se han dado cuenta rato antes que estamos tratando de tomarles el pelo y solamente por ese valor que no logramos ver en ellos, es que no nos dan nuestro merecido.

¡En serio, pensalo! Antes de juzgar a otros por su apariencia, por lo que supuestamente es o tiene, indaguemos, si sí o si no, esa persona, ese ser humano, se levanta cada mañana y se pone miles de máscaras para que no sepamos que lleva procesión por dentro. Máscaras de éxito, de felicidad, de amor, de tranquilidad, de bienestar, tantas y tantas máscaras que podemos ponernos encima.

Quizá si empezamos a tratar de ver ese "valor que no se ve" en otras personas, los maravillosos espejos de la vida y el karma, nos permitan ver en nosotros mismos y en nuestros semejantes ese valor que pasa desapercibido.

En otras palabras, cuando me mirés, no te fijés en si sonrío o no, en si ando bien peinado, bien vestido, oloroso a perfume caro o pachulí, no te fijés si ando a pie, en bici o en carro. Fijate y pensá que yo también, al igual que vos, tengo mi propia historia, mi propio drama y que cada día lucho con entereza por que nazca en mí ese "valor que no se ve".

En serio, si leíste esto quiero que sepás que te quiero montones...

No hay comentarios.:

Publicar un comentario