Hace unos cuantos días, para ser preciso este pasado lunes; llevé tres de mis participantes alemanes a una terminal de buses en San José, para ser exactos, dos chicas y un chico. Las dos chicas se quedaban en esa terminal y el chico iba a otro punto geográfico de nuestro país. Una de las chicas y el chico son novios.
En determinado momento una de las chicas me pregunta: - ¿Qué hacemos si no sabemos a cuál bus montarnos? - Yo le respondí: Le preguntan al chico con la suéter negra y el micrófono en la mano. En ese momento, el chico blanco caucásico como príncipe azul de brillante armadura montado en su brioso corcel, preguntó: - ¿Cuál chico? - El de suéter negra le respondí e inmediatamente él repuso - "Parece muy peligroso". Juro por lo más sagrado, que solo acaté a reírme.
Era un muchacho moreno, con una suéter negra que trabaja en la terminal y que llama a las personas al abordaje de los autobuses con micrófono en mano.
Una muestra clara de que en realidad depende de quién nos vea, nosotros podríamos ser los peligrosos, intrusos, entrometidos, delincuentes.
En realidad me molestó ver cómo una persona joven y con una mentalidad dizque abierta, pudo juzgar "a priori" a otro ser humano que simplemente no conocía.
Pucha, en realidad me molestó y mucho. Me molesta y mucho que vengan personas de países desarrollados a juzgarnos, a hablar mal de nosotros los costarricenses, solo porque tienen, quizá más comodidades en su país de origen que las que podrían eventualmente disfrutar aquí. Me molesta que ofendan y a veces hasta humillen a nuestras familias anfitrionas costarricenses, nicaragüenses, salvadoreñas, tico-canadienses e incluso diversas; en realidad eso me pone furioso; pero me entristece ver cómo muchas de estas familias que he defendido con todas mis fuerzas de la xenofobia; están conformadas por individuos que miden a otros con la misma escala con las que ellos son medidos y que NUNCA conocen esas ofensas debido a que no les hacemos saber los comentarios negativos por no lastimar su amor propio.
Lo bueno es que me di cuenta hoy de que debo ser más directo y así como estas personas están sin pecados y lapidan a otros yo voy a lapidarlos a ellos y decirles llano y directo las cosas que personas que están en mejor posición económica o vienen de países desarrollados ven en dichas propias e inmaculadas casas.
Creo que voy a ser más tolerante cuando estos chicos europeos me dicen: ¿Es muy peligroso Costa Rica porque veo que todos tienen portones con alambre de púas o alambre navaja? En la casa de mi familia había polvo, arañas, lagartijas, moscas, ratones. Es que el agua de la ducha además de que es un sistema obsoleto no calienta bien, solo comen arroz y frijoles, no tienen Wifi, no limpian bien los baños, no lavan la ropa con agua caliente, solo comen carbohidratos, no tienen aire acondicionado, la gente es muy irresponsable, siempre llegan tarde, me robaron dinero, las calles y los conductores son un desastre, que los ticos no son independientes porque viven con sus familias hasta los 30 o más años, etcétera, etcétera, etcétera. Prometo firmemente que NO volveré a tratar de explicarles que somos un país tropical, que los portones y el alambre de púas son más baratos que pagar servicio de alarma mes a mes, que no es cierto que solo gallo pinto comemos.
HOY entendí que ellos solo están haciendo lo mismo que hacen algunos ticos y es contarme cómo es que son diferentes unos de los otros.
No hay nada malo en ser diferente, no hay nada malo en tener otra cultura y querer mostrarla, no hay nada malo en querer recordar. Nada malo, absolutamente nada malo.
Y lo tenemos tan adentro de nuestra idiosincracia que NO nos damos cuenta que incluso con nuestro lenguaje y dichos diarios maltratamos a COSTARRICENSES, si, ticos, cada día y a toda hora hacemos comentarios racistas y xenofóbicos, todos los negros son perezosos, vaya no sea indio, salude a su tía; mire ese chele que va ahí se bronceó en la morgue, esos chinos comen ratas. ¿Quisiera conocer cuál linaje tiene más fuerza en mi sangre?
Es triste darse cuenta que somos un país con una cantidad alarmante de gente racista, sexista y repleta de fobias en todos los grados y colores y que mucha de esa gente te pela el diente y es muy probable que te critique, te juzgue y te señale apenas le das la espalda. También es triste darse cuenta que somos un país de gente tan, pero tan mediocre que se dedica a bajarle el piso a los demás para ver cómo se alzan el suyo y que la mayoría de cosas que hace y dice, son para reafirmarse y reafirmar ante la sociedad, su raza, sexo, religión, procedencia o preferencia sexual. Creo que no es necesario tratar de hacer que otros se vean menos para yo brillar, tengo mi brillo propio, de mis propias estrellas interiores, no necesito estrellas de fuera, ni una, ni dos, ni tres, ni cuatro, ni cinco o más para saber quién soy y cuánta es mi valía. No necesito que la gente sepa dónde estoy, qué como, qué ropa o zapatos utilizo, si tengo o no tengo para gastar porque dichosamente en eso no está mi valor. Mi valor está puesto en ayudar, cuando puedo y tengo los medios a otros seres humanos, sin que medien, gracias a Dios, sentimientos oportunistas ni ganas de figurar, ni de que me vean o digan que bueno soy, en silencio, sin aspavientos, con la conciencia limpia y confiado que mis recompensas llegaran en el momento oportuno.
No es necesario que te des valor como ser humano, bajando de nivel, ni menospreciando a otra persona por su origen, raza, procedencia, religión, afinidad sexual, afiliación política; y aunque todos en algún momento de la vida nos hemos referido a otros de forma peyorativa, eso no da para tratar de crear divisiones más profundas entre personas de dos nacionalidades que desgraciada o dichosamente tenemos que convivir en este país. El hecho de que tengás más posibilidades de tener una casa bonita, un carro bonito, buen estudio para tus hijos, una profesión, incluso viajes, no te da el poder de referirte a otro ser humano de una forma despectiva, altanera y vulgar.
¿Quiere xenofobia señor? No, gracias, muchas gracias, en ninguna de sus presentaciones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario