viernes, 11 de noviembre de 2016

¿Cómo soy y cómo debo ser? Cuando lo que digo y lo que hago simplemente no concuerdan...

Lo que hacemos debería ser consecuente con lo que decimos, de lo contrario estamos presentando ante los demás una imagen falsa que podría bien, ser distorsionada para nuestro beneficio o incluso nuestra ruina. No deberíamos ir por el mundo creyéndonos de lo mejor y siendo una amalgama de situaciones incorrectas en nuestro diario actuar. 

Desde la modelo y presentadora costarricense que le dice a una compañera que es una "muerta de hambre", pasando por mi amigo quien dice que está súper enfermo y no tiene dinero pero todas sus fotos de Facebook son en bares tomando licor y en una pura fiesta, hasta figuras públicas de más renombre como un ex presidente de nuestro país diciendo en un vídeo que lo han tratado de "hijueputa", hasta el "actual" presidente de los Estados Unidos presentando un comportamiento patán y desconsiderado ante millones de personas que lo siguen e incluso sus detractores. 

¿Por qué? Bueno puede ser que tu comportamiento X o Y, sea tan solo una técnica para llamar la atención (como espero que lo haya sido en el caso del señor Trump) y que una vez ratificado como presidente de "la gran nación", él cambie su forma de actuar y se convierta en una persona formal y dignifique su cargo con acciones a favor de TODOS los ciudadanos sin diferencias por sexo, raza, religión o distinción política; PERO, el daño ya está hecho y por supuesto NO es tan malo para él, como tampoco es tan malo para la presentadora, ni mi amigo, ni el ex presidente de Costa Rica porque al fin y al cabo, como dice mi santa madre, todo pasa o más bien ellos logran el cometido al pretender ser una cosa y realmente ser otra y quizá hasta se terminan burlando de los demás. 

El problema es la gente que los observa, los niños y niñas que aprenden que es normal tratar a una persona de muerta de hambre, que la discriminación en cualquiera de sus formas y peor aún en forma pública es normal y está bien; o mi amigo creyendo que la gente no se da cuenta de que llora necesidades pero en público aparece feliz y contento y nadie le comprará su paquetico de lástima. El problema es quién te observa y qué aprende: La mentada Tocola haciéndose un puro con una banderita de papel de Costa Rica, qué tiene de malo que ella fume mota, en mi opinión nada, pero que se la fume en su casita y que no se convierta en ejemplo para los niños que van para arriba porque no queremos, al menos yo, un país de marihuanos. 

Si nos volvemos permisivos con todo, nuestra sociedad se descompone, en mi opinión, porque a los seres humanos nos cuesta saber dónde detenernos. Si hoy voy a tu pulpería y te robo dos bananos y no me decís nada, mañana haré lo mismo, luego serán tres y así hasta el punto que te vas a molestar. ¿Entonces por qué permitirlo desde el principio? 

Este comentario de hoy no es sobre Trump, aunque él va incluido, es sobre todas las personas que tienen la posibilidad de llegar a muchas personas porque para bien o para mal, son líderes y su actuar es muy contrario a lo que debería de ser. Uno tiene que saber comportarse, mucho más cuando es un "influenciador", cuando uno sabe que muchas personas lo están mirando y que quizá muchas personas van a copiar su forma de ser porque uno es una persona pública, un líder. 

¿Qué dirías vos si la maestra de tu hijo llega a la clase con actitudes que pretendan indicar que es correcto discriminar a las personas, tratarlas mal, ofenderlas por su situación económica, procedencia, raza, sexo, inclinación sexual o religión? Me gustaría saber tu respuesta a esta pregunta.

Para finalizar, quiero indicar que estoy muy claro que uno se puede desdecir y que con sus actos, uno puede remediar en forma paliativa el daño que hizo, pero no es tarea fácil borrar nuestros actos y nuestras palabras de las mentes más ingenuas y sencillas. 


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