lunes, 28 de abril de 2014

El poder curativo del trabajo...

Todas las noches sueño, siempre sueño mucho; me sueño que estoy en el trabajo, me sueño que peleo con mi hermana, me sueño con gente conocida y desconocida en situaciones conocidas y desconocidas, en fin, paso la noche entera soñando.

¿Y adivinen qué? Me levanto agotado, con el "moco caido" dirían los viejitos de antes. Me baño y sigo agotado, aperezado, casi sin ganas de irme a trabajar. Pero el deber puede más que el agotamiento y me baño y me voy a trabajar.

Llego y recibo a mi estudiante o mis estudiantes en mi aula. Una vez que ellos empiezan a hacerme preguntas sobre el español, una vez que ellos empiezan a comunicarse en español y cuando lo van haciendo cada día mejor, el agotamiento, la pereza y el sueño empiezan a desaparecer como por arte de magia.

El trabajo me cura, saber que puedo cumplir con lo que se me ha encomendado, con lo que yo mismo como mi propio jefe me he encomendado e incluso ir mucho más allá, buscando la excelencia (no la perfección porque perfecto solo es Dios) me cura. En realidad el trabajo me cura.

Le pido a Dios que multiplique los estudiantes extranjeros que visitan Amistad Institute y aprenden español y hacen trabajo voluntario, para poder seguir curándome con mi trabajo y dándole a otras personas que colaboran con nosotros a buscar la excelencia en cada uno de sus trabajos.

Gracias Dios por el trabajo que me has dado, gracias por la oportunidad de compartir e impartir mi hermoso idioma español, gracias por la oportunidad de dar a conocer mi hermoso país.

Buenas noches y que mañana se puedan curar con su trabajo...


No hay comentarios.:

Publicar un comentario