La puritica verdad es que vivir en paz con uno mismo y vivir en paz con los demás es sumamente difícil y más aún cuando eres una persona que no se vive quejando por todo y que no vive en una reclamadera por todo lo que le toca o no le toca a ser por mínimo que sea.
Peor aún si eres de ese tipo de persona trabajadora que no le arruga la cara a nada y algo que es incluso peor que lo peor, es cuando eres una persona que no le arruga la cara en hacerle favores a los demás con la esperanza de que en el momento en que necesites un favor de ellos, ellos no te arruguen la cara y reaccionen con el mismo aplomo y grado de cariño o amor con que vos reaccionaste con ellos.
¿Será todo culpa de mi abuelita Carmen? Ella siempre nos decía: "A ustedes solo sarna que rascar les falta" y creo que debido a eso, yo crecí con la firme convicción de que todo lo que he necesitado lo he tenido, incluso, crecí con la firme convicción de que he tenido más de lo que en realidad necesito y por esa misma convicción cuando alguien necesita algo que en REALIDAD NO DEMANDA MUCHO de mi persona entonces lo hago sin reclamos, sin rezongadera, sin majaderías, sin estrilar, sin pensar "POBRE DE MÍ", cómo abusan de mi persona y sentirme el ser más desdichado del planeta tierra y planetas aledaños.
Un aspecto muy malo de esta situación es que la gente a la que "ayudas" está más que lista para preguntarte: ¿Me estás echando en cara lo que hiciste por mí? Porque si me lo estás echando en cara mejor no hubieras hecho nada, justo cuando ya no hay vuelta atrás.
¿Será que tengo que aprender a dar en la justa medida? ¿Será que no es una buena idea esperar algo de los demás? Me queda complicado responderme mis propias preguntas y espero que no se me conviertan en dudas existenciales.
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