Hay días como el de hoy en los cuales me siento con las pilas más bajas que nunca. Hay días como el de hoy en que siento que pido ayuda en todos los lados posibles y la ayuda no viene. En este tipo de días mi corazón se pone triste y se me quitan las ganas de seguir luchando por mis ideales, por mis objetivos, por mis necesidades y las de mis seres queridos.
¿Será que es este el momento justo y oportuno para claudicar y decirle a todos aquellos que creían que no iba a ser posible, que tenían toda la razón del mundo y que no fue posible? ¿Será que también en un día como hoy tengo que cerrar mis ojos y pensar que todas aquellas persona que han pasado por tu vida y en vez de hacernos bien nos hicieron mal no existieron? ¿Quizá tengo que ignorar a todas aquella personas malintencionadas quienes llenaron nuestro ambiente de malas energías, tan malas que aún se sienten rondando?
Es imposible, en días como el de hoy, dejar de pensar en todas aquellas personas que en vez de cooperar, obstuyeron, que en vez de poner, quitaron; que en vez de ofrecer, exigieron; que en vez de ganar, robaron; que en vez de ser parte de la organización, fueron como rémoras pegadas a la yugular. En serio que es imposible.
Mi cabeza hierve y necesito que se enfríe para poder pensar mejor. Necesito entender por qué la mayoría de los seres humanos son (¿Somos?) tan egoístas que siempre anteponemos los intereses personales ante las prioridades colectivas. ¿Cómo es posible que uno mismo lo logre ver la mano de otros en la vida de uno o incluso la mano de otros en la vida de sus seres queridos? ¿Cómo es posible que el ser humano no haya logrado comprender que si recibimos ayuda, debemos brindar ayuda a cambio? ¿Por qué es tan difícil para ciertos individuos entender que un plato de comida que alguien ponga en mi boca y que no me gané con mi digno trabajo en una ayuda, un regalo y que deberíamos buscar la forma de devolver la cortesía?
Mi abuela Carmen me decía; Marco, Marco, no seás tan reparista. Pero yo, simplemente lo siento, si soy reparista. Si le doy algo a alguien espero aunque sea un muchas gracias y un gesto de agradecimiento en el momento en que yo llegue a necesitar algo de esa persona. Conste que no escribí, un muchas gracias o un gesto de agradecimiento, SINO QUE ESCRIBÍ: Un Muchas Gracias YYYYYYY Un Gesto de Agradecimiento. ¿No es que es cierto ese dicho que dice: Favor con favor se paga?
Hace muchos años una compañera de mi mamá apuntaba en un cuaderno todo lo que le daba a su hija pequeña para cobrárselo después. No sé si se lo cobró alguna vez o nunca lo hizo, pero es una buena práctica para que las personas se den cuenta todo lo que uno hace o deja de hacer por ellas. Creo que deberíamos hacerlo todos porque hay personas que creen que lo que uno hace por ellas es obligación y que el único deber de ellos/ellas es quedarse sentado con las manitas abiertas esperando a ver qué hay para ellos.
Bueno para terminar quiero recordarles el sabio refrán que dice:
"Es de bien nacidos ser agradecido y de mal..........s malagradecido."
Saludos, bienestar y éxitos para todos y todas,
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