martes, 18 de agosto de 2015

Cuando me haya ido.

¿Qué ira a pasar el día en que parta de este mundo? ¿Cuánta gente estará en mi vela? ¿Cuánta gente se sentirá triste de verdad y cuánta gente lo aparentará por pura hipocresía? ¿Cuánta gente me acompañará al cementerio? Aunque preferiría que me usaran de alimento para los cocodrilos del Tárcoles. ¿Alguien sabe por qué no puedo tomar esa decisión? Si yo quisiera ser parte de la cadena alimenticia de los cocodrilos del Río Grande de Tárcoles por qué diantres no me dejan. 

Cuando me haya ido quiero que todo sea en paz, que nadie se desborde en llanto de ese que hace que todos volteen la cabeza. 

Cuando me haya ido, quisiera que nadie se sintiera triste, que me hagan una fiesta con karaoke y que bailen, y canten y beban hasta el cansancio. 

Cuando me haya ido, quisiera no tener dedicatorias en el púlpito, si es que con todos mis pecados dejan entrar mi incipiente putrefacto cuerpo en la iglesia. 

Cuando me haya ido quisiera que mi epitafio lo escriba el borrachito del pueblo. 

Cuando me haya ido espero haber soltado todo el puto lastre que ando cargando. 

Cuando me haya ido, espero que todos se hayan ido antes, para que nadie llore por tristeza. 



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