¡Qué cosa! Todos creemos que somos los únicos y no podemos, ni remotamente imaginarnos que todo el mundo la lleva. ¿Qué cosa? Pues la Procesión Por Dentro.
Todos los seres humanos, sin distinción de credo, raza, religión, estatus socioeconómico, preferencia sexual, etcétera, etcétera, etcétera le hemos dicho alguna vez a otra persona: "si usted supiera lo que yo he vivido."
La otra persona pensará, "y si usted supiera lo que yo he vivido."
Desgraciadamente "lo que yo he vivido" no es excusa válida para escudarse detrás de nuestro comportamiento con respecto a X o Y actitud que presentamos ante la vida en general o ante alguna de las situaciones de la vida en particular.
¿Por qué me atrevo a decir lo anterior? Porque lo que yo haya vivido, lo que usted haya vivido o lo que cualquier individuo haya vivido es el resultado de sus decisiones, si, así como lo escucha; todo lo que nos pasa en la vida es el resultado de nuestras decisiones.
Usted que está leyendo esto pensará: ¿Pero qué pasa, por ejemplo, en el caso en que los padres toman malas decisiones por los hijos y los niños viven las consecuencias? Caso muy específico y particular, porque mientras sea niño es obvio que esa procesión por dentro no es responsabilidad del infante sino de los adultos irresponsables que lo procrearon y que deberían solventarle todos los problemas de la vida.
¿Pero qué pasa cuando ese menor crece y se convierte en un adulto que sigue cargando la PPD (Procesión por dentro) que le heredaron sus padres? Lastimosamente, me atrevería a decir que solamente se hizo adulto, creció, envejeció, pero NO maduró y no es capaz de tomar las decisiones que lleven su vida por un mejor sendero.
En los últimos días he escuchado varias veces ese: "Si usted supiera lo que yo he vivido, incluso, Marco, si usted supiera lo que yo estoy viviendo." Me he quedado momentáneamente sin respuestas ante esas aseveraciones, pero después de analizar un poco la frase, tengo la respuesta: "Sacúdase, quítese de encima esos monos que no le pertenecen, ubíquese de manera positiva en su lugar, sea conciente de cuánto está aportando usted a la situación que lo/la está haciendo llevar esa procesión por dentro, relinche, berreé, reclame, no permita que lo o la mancillen."
Todos, de una forma o de otra, llevamos procesión por dentro, el problema es que somos especialmente quejosos sobre la bendita procesión con personas que precisamente no son quienes nos están causando esa procesión. ¿Qué más decir?
Suelte los miedos, si suéltelos. Los miedos son como perros amarrados, entre más tiempo amarrados más violentos y agresivos se vuelven. Ponga a la gente en su lugar. Diga qué es lo que ha vivido que le está provocando esa procesión, diga la verdad que es la que lo hará libre, no crea que la persona que escucha ese famoso, triste y patético "si usted supiera lo que yo he vivido" es una mezcla de Walter Mercado, Madam Gandara y Nostradamus y que le van a pasar por su mente las imágenes del maltrato que usted recibe y que lo hacen ser como es.
¿Sabe qué es lo más patético de todo? Escuchar después del "si usted supiera lo que yo he vivido"; el chorro absurdo de justificaciones para la persona causante de su desgracia. Es que mirá pobre, ha vivido tantas cosas, le ha sucedido tanto, tiene tantos problemas, tiene X o Y enfermedades, situaciones que le (abusando del leísmo para no involucrarme en asuntos de género) provocan ser cómo es. Si supieras vos lo que ha vivido, ayyy no, si más bien no sé como está pobre criatura de Nuestro Señor, puede sobrevivir en este Valle de Lágrimas con tanto maltrato que recibió.
No sea tan tonto, no caiga en ese juego del "pobrecito", que precisamente ese pobrecito es lo que lo tiene o la tiene a usted con la bendita "procesión por dentro"; esa persona causante de su PPD, es un abusador, es quién le ocasiona problemas, no es usted, abra los ojos, despabílese, sea asertivo. ¿Tiene miedo de perderlo todo? No se preocupe, le puedo jurar que hay personas que han perdido más y se han vuelto a levantar. No tenga miedo, luche por lo que es verdaderamente correcto, no se obnubile, dele las responsabilidades a quién se las tenga que dar.
Recuerde que los manipuladores son hábiles, recuerde que usted no va a ver la realidad, así que busque una persona de su confianza y le cuenta su situación, no corra a esconderse en otra situación dejando sus cosas y sus responsabilidades tiradas, menos se vuelva como esa persona que le causa la PPD y al final más bien se convierte usted en un portador y punto de contagio de PPD para otras personas cercanas a usted.
LA PROCESIÓN POR DENTRO SE PUEDE EVITAR, DETENGAMOS EL CONTAGIO Y EMPECEMOS A PONER A LAS PERSONAS EN SU LUGAR.
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