Abejeando:
La primera vez que escuché el término no le presté atención a toda la filosofía de vida que puede enseñar una palabra tan pequeña, que representa a un insecto tan pequeño, pero que aunque pequeño puede causar mucho daño si la persona que recibe la picadura es alérgica o si uno es atacado por un enjambre muy enojado de abejas africanizadas. La palabra es utilizada por una sabia mujer con experiencia de la vida.
¿Quizá se están preguntando qué significa el verbo "abejear" y por ende el gerundio que se forma de ese verbo? Abejeando...
Según mis investigaciones sobre la palabra: Abejear hace referencia al vuelo, muchas veces errático y sin dirección aparente, de estos laboriosos insectos. Por lo tanto abejeando viene a significar volar o dirigirse a ningún lugar, pasando de flor en flor y sin percatarse del tiempo, ni poner importancia en él, mientras se dirige a hacer una tarea previamente encomendada o bien al regreso a la colmena una vez completado el trabajo asignado.
¿Qué si mi suegra sabe lo que es abejear? Imagínense que tuvo 5 hijos que en algún momento de la vida y sin lugar a dudas deben de haber abejeado. ¿Cuántas veces habrá repetido la frase "deje de estar abejeando y póngase a hacer algo productivo"?
Conozco varias personas, entre ellas quizá yo mismo, que son expertos en "el abejeo". Son personas que se distraen fácilmente y que presentan una atención dispersa que es muy sencilla de reconocer. No es que sean, o seamos, vagabundos o perezosos no; es simplemente que disfrutamos montones del camino antes de llegar a conseguir una tarea o una vez que venimos de vuelta después de conseguirla.
Los que "abejean", no son vagabundos, insisto en eso, mas bien por el contrario son personas muy laboriosas que andan viendo a ver cómo se las "agencean" decían los abuelos, como se rebuscan el "cinco" (en la actualidad sería el billete de 50.000) y son personas la mayoría de las veces inteligentes y muchas veces por estar en ese constante devenir, es que se distraen de la meta y se ponen a volar erráticamente, posándose en todas las opciones de polen que les da la vida, para así de poco a poquito, lograr un montoncito o un tanate como dice mi amiga Aza. Pero lo malo es que muchas veces, sino la mayoría de las veces, no logran conseguir lo que desean ya que pierden mucho tiempo en el camino.
¿Es malo "abejear"? Pues depende de la situación. Yo diría que hay momentos en los cuales tenemos más derecho a hacerlo. Hay momentos en los cuales las cosas van bien y podemos dar paseos matutinos, vespertinos y de todo tipo por los parques de la vida y podemos ir libando los néctares de todas las flores que hay en el camino. Pero hay momentos en que "abejear" se puede tornar peligroso porque mientras uno está de "paseito" por las flores, puede llegar alguien más "vivillo", tomar más polen de otras, llegar antes a la colmena y de nuevo como dirían los abuelos "robarnos el mandado". Este mundo es de los audaces.
Por eso en tiempos de crisis no hay que "abejear", hay que concentrarse en la meta e ir directamente hacia ella, hay que ir como dirían los anglohablantes "straight to the point", y no quedarse abejeando y menos en estos días en que "el que menos corre, alcanza un venado".
También hay etapas de la vida en las que se debe y en las que NO se debe "abejear". Yo diría que abejear es permitido una vez que estás retirado, pensionado y que más bien te puedes sentar con tranquilidad a disfrutar de la vida, a disfrutar de tu familia. Esos años en que te puedes tomar tu tiempo para hacer las cosas, porque la prisa ya pasó y las necesidades básicas ya fueron solventadas mucho tiempo atrás.
Quiero, antes de despedirme, que quede bien claro, clarísimo, que "abejear" no tiene para nada relación alguna con la ardua labor que realizan las abejas para conseguir la miel. "Abejear" es más bien un término latinoamericano, de este hermoso continente que ya ha cosechado "El Primer Papa", y en el cual vivimos personas que disfrutamos mucho del trayecto, que nos concentramos en el camino más que en la meta, que vamos viendo y disfrutando el paísaje, que el tiempo y el estar a tiempo no es cosa importante, que la responsabilidad siempre es de otros, que de por sí, "pa´morirse, solo hace falta estar vivo". Tampoco olvidemos que de vez en cuando una "abejeadita" es buena, da descanso al cuerpo, a la mente y al espíritu y que todas y todos necesitamos de ella aunque no queramos aceptarlo.
Mi consejo es que mientras tengamos fuerzas para trabajar y mejorar en la vida; NO ABEJIEMOS. Pongamos en práctica el uso de la voluntad y la determinación para día a día levantarnos y trabajar por un mañana mejor para nosotros y nuestros familiares, amigos y colaboradores.
Si nos sentimos con ganas de sentarnos a ver y oler las hermosas flores del camino,hagámoslo unos minutos y luego hablemos con nuestro "Yo" interior y digámosle que se ponga de pie y labore, porque incluso Dios nos dijo que nos ganaríamos el pan con el sudor de nuestras frentes.
Para terminar, ahora sí, le pido a Dios que les de a todos y a todas, buen tiempo y fuerza para trabajar y también que me les de tiempo para "abejear" un poco y disfrutar de las mieles del éxito de un trabajo realizado en forma concienzuda y que ha dado los frutos esperados.
Se les quiere tanates,
Marco,
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