miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Será verdad que hay envidia de la buena?

Queridos amigos, queridas amigas,

Hoy estuve hablando con una amiga y colaboradora de mi empresa y ella me decía que envidia de la buena o de la mala siempre es envidia. Entonces me pregunté: ¿Será verdad que existe envidia de la buena?

Como siempre, casi de inmediato yo mismo me respondí y esto  fue lo que me dije en secreto: 

En efecto existe envidia de la buena, yo la siento cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. Quizá no se llame envidia, envidia; pero se siente parecido a la otra, a la de la mala. 

Envidia es esa incomodidad entre la cabeza y el pecho, que uno siente cuando ve que alguien tiene algo que uno no tiene pero que le encantaría tener. Bueno al menos esa es mi definición personal de envidia y cabe destacar que me parece muy acertada. 

Claro, la envidia viene a ser como el orgullo o sea como el colesterol y entonces en efecto si debe haber envidia de la buena y envidia de la mala, tal como el orgullo y el colesterol. 

La diferencia entre una y la otra de las envidias en mi opinión es que una, la buena, te impulsa a avanzar, a crecer, a buscar mejorar; pues cuando ves en otra persona algo que no tienes, entonces vas a querer tenerlo y por ende luchar por conseguirlo. La de la mala, te hace tener sentimientos malos por la persona que tiene lo que quieres.

Hay un control interno en cada uno de nosotros que activa la forma en que sentimos envidia. En cada persona es diferente y es inherente a la persona humana. Estoy casi completamente seguro que ese control es tu espiritualidad. 

Si tienes una espiritualidad saludable y tienes una buena relación con Dios, entonces te regocijarás con el bienestar de tu prójimo y es entonces cuando si ves algo en él que tú no tienes, sentirás envidia de la buena, y te motivarás a conseguir ese "bien" y entonces trabajarás organizada y concienzudamente para obtener lo que quieres. 

Por el contrario si eres una de esas personas que no ha logrado (porque siempre lo puedes lograr en el futuro), mantener una buena relación con Dios y una espiritualidad saludable, entonces tus sentimientos hacia tu prójimo quien tiene lo que quieres, van a ser de odio, rencor y molestia porque él o ella, si logró conseguir lo que tú no has logrado.

En fin, me alegro de ser un envidioso de los buenos, me alegro de querer tener y obtener mediante mi trabajo y mi esfuerzo lo que otros tienen, me alegro de alegrarme por los "bienes" que consiguen los demás.

Para terminar te lanzo una pregunta: ¿Te gustaría envidiarme por sentir envidia de la buena? 

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